El concepto de envejecimiento activo y saludable incluye tres componentes principales: baja probabilidad de padecer enfermedad y discapacidad, elevada capacidad funcional física y cognitiva y mantenimiento de una vida activa en la sociedad. Los genes aportan alrededor de un 60% en el envejecimiento, el resto depende de factores ambientales, modificables por la persona con buenos hábitos, evitando los factores de riesgo y manteniendo un estilo de vida saludable.