La disminución de la densidad de los huesos ocasiona una disminución de la resistencia de los mismos con lo cual el riesgo de fracturas aumenta de forma considerable. Es más frecuente a partir de los 70 años donde existen más factores de riesgo como el sedentarismo y la inmovilización Las facturas más frecuentes son las de muñeca, cadera y vértebras.
La intervención con dietas ricas en calcio y la fisioterapia con la realización de ejercicio físico dirigido es fundamental para evitar su aparición o minimizar sus consecuencias. El tratamiento farmacológico debe ser individualizado a cada paciente.