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Infección urinaria en personas mayores

La infección de orina puede padecerse a cualquier edad. Aunque, es más frecuente en la población mayor, y a diferencia de lo que ocurre en otras etapas de la vida, sus síntomas pueden ser mucho más difíciles de detectar. A menudo, las únicas pistas son cambios sutiles en el comportamiento que pueden confundir a familiares y cuidadores.

Comprender por qué ocurre, identificar las señales de alerta y conocer las consecuencias de una infección de orina en ancianos cuando no se trata a tiempo es fundamental. En esta guía, abordaremos todo lo que necesitas saber para proteger la salud de tus seres queridos.

En esta guía encontrarás:

1. ¿Por qué es tan común la infección de orina en ancianos?
2. Síntomas: cuando el comportamiento es la principal pista
3. Consecuencias de una infección no tratada
4. Actuación médica: diagnóstico y tratamientos actuales
5. ¿Cómo prevenir la infección de orina en personas mayores?

 

¿Por qué es tan común la infección de orina en ancianos?

El envejecimiento trae consigo una serie de cambios en el organismo que aumentan la vulnerabilidad. En el caso de la infección urinaria en adultos mayores, las causas principales son:

Debilitamiento del sistema inmunitario: los mecanismos de defensa del cuerpo frente a las bacterias, especialmente la Escherichia coli (E. coli) que es la más común, pierden eficacia con la edad.

Vaciado incompleto de la vejiga: los músculos del suelo pélvico y de la vejiga se relajan, lo que puede provocar que quede orina residual tras la micción, creando un caldo de cultivo ideal para las bacterias.

Diferencias clave en hombres y mujeres mayores

En la mujer mayor: la menopausia provoca un descenso de estrógenos. Esto altera el pH vaginal y la flora protectora, facilitando que las bacterias colonicen la zona. Es una de las razones por las que la infección urinaria en la mujer adulta mayor es especialmente prevalente.

En los varones: el agrandamiento de la próstata puede dificultar el flujo normal de la orina, y la capacidad bactericida de las secreciones prostáticas disminuye.

Principales factores de riesgo

Además de la edad, existen otras condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar una infección de orina en personas mayores:

Patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión.

Inmovilidad o deterioro funcional que limita las visitas al baño.

Deterioro cognitivo, como el Alzheimer u otras demencias.

Uso de sondas vesicales o pañales.

Haber sufrido accidentes cerebrovasculares.

Tratamientos previos con antibióticos.

Síntomas: cuando el comportamiento es la principal pista

Es crucial saber diferenciar entre los síntomas clásicos y los atípicos, que son los más comunes en la infección de orina en ancianos.

Síntomas clásicos (menos frecuentes en mayores): dolor o escozor al orinar, necesidad urgente de ir al baño, orina turbia o con mal olor.

Cambios de conducta y señales de alerta (los más importantes):

        • Confusión o desorientación repentina (delirium).
        • Agitación, intranquilidad o irritabilidad inusual.
        • Alucinaciones visuales o auditivas.
        • Aumento del cansancio, somnolencia o apatía.
        • Pérdida de la capacidad para realizar actividades cotidianas.
        • Empeoramiento de la incontinencia habitual.
        • Malestar general, dolores difusos o pérdida de apetito.

 

«En una persona mayor, la confusión repentina o la agitación suelen ser los primeros síntomas de una infección de orina, mucho antes que el dolor o el escozor»

 

Consecuencias de una infección de orina en ancianos (si no se trata)

Si bien una infección de orina tratada a tiempo tiene buen pronóstico, ignorar las señales puede acarrear serias complicaciones:

Delirium: un estado de confusión mental agudo que aumenta el riesgo de caídas y accidentes.

Urosepsis: la infección se propaga desde las vías urinarias al torrente sanguíneo, provocando una respuesta inflamatoria generalizada que puede ser mortal.

Daño renal: las infecciones recurrentes o graves pueden dañar los riñones de forma permanente.

Agravamiento de patologías: una infección puede descompensar otras enfermedades crónicas como la diabetes o la insuficiencia cardíaca.

 

«Ignorar los cambios de conducta puede tener consecuencias graves: desde un estado de confusión aguda (delirium) y un mayor riesgo de caídas, hasta una infección generalizada»

 

Actuación médica: diagnóstico y tratamientos actuales

Ante la mínima sospecha, es imprescindible acudir al médico. El diagnóstico se confirma mediante un análisis de orina y un urocultivo para identificar la bacteria causante.

El tratamiento principal son los antibióticos, recetados por el facultativo. Es vital completar el tratamiento según la pauta indicada, aunque los síntomas mejoren antes, para asegurar la eliminación total de la bacteria y evitar resistencias.

Es importante mencionar la bacteriuria asintomática, una condición común en la que hay bacterias en la orina, pero sin síntomas. Según las guías médicas actuales, esta condición generalmente no se trata con antibióticos en personas mayores para evitar la generación de resistencias.

¿Cómo prevenir la infección de orina en personas mayores?

La prevención es la mejor estrategia contra la infección de orina en personas mayores:

Hidratación: asegurar una ingesta adecuada de líquidos (agua principalmente) para ayudar a limpiar las vías urinarias.

Higiene íntima: realizar una limpieza cuidadosa, siempre de adelante hacia atrás, y mantener la zona seca. Cambiar los pañales con frecuencia.

Fomentar la movilidad: el ejercicio moderado como los paseos y los cambios de postura ayudan a la función de la vejiga.

Alimentación equilibrada: una dieta rica en fibra es clave para evitar el estreñimiento, ya que la presión intestinal puede dificultar el vaciado de la vejiga.

Visitas regulares al baño: animar a la persona a orinar cada 2-3 horas para evitar la retención prolongada.

En el Grupo Los Nogales, nuestro equipo de profesionales está formado para detectar estos cambios de comportamiento y actuar con rapidez, basándose en los conocimientos sanitarios más actualizados. Comprendemos que estas situaciones pueden ser desconcertantes y, por ello, ofrecemos apoyo tanto a los residentes como a sus familiares para manejar la situación de la forma más adecuada.

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