La Musicoterapia consiste en el uso de la música y/o de sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía, armonía) con un paciente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar o promover la comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización, u otros objetivos terapéuticos relevantes, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Los beneficios de la Musicoterapia son, entre otros, estimular el sentido del ritmo y las estructuras rítmicas, facilitar la expresión y la exploración de emociones, prevenir y tratar las alteraciones del estado del ánimo y estimular funciones cognitivas: atención, concentración, memoria, creatividad-imaginación, percepción.
Intervenciones
Escuchar y responder a la música
Utilizando distintos tipos de música, triste, alegre, ritmo rápido-lento, los participantes tienen que describir, bien de manera oral o escrita, que sentimientos experimentan, que recuerdos le evocan, que objetos le recuerda esa música, etc.
Interpretar y componer música
Dentro de esta actividad los participantes podrán cantar diferentes canciones, componer música utilizando instrumentos o bien objetos y partes del cuerpo, siendo los objetivos principales trabajar el ritmo y la improvisación e interaccionar positivamente entre ellos.
Música combinada con otras artes expresivas
La música y la danza van unidos, por lo que utilizando los movimientos del cuerpo para dibujar la música trabajamos la expresión personal y realzamos la autoconciencia del cuerpo además de ir unido al ejercicio físico, así podremos realizar coreografías con diferentes canciones.
La música también se puede unir a las artes plásticas y escritas, por ejemplo, podemos dibujar un cuadro o escribir un poema que refleje la música que se escucha en ese momento.
Música para recreación y diversión
Las actividades musicales pueden ofrecer a las personas un placer personal, además de cubrir necesidades de ocio y de tiempo libre, como ejemplos, pueden aprender a tocar un instrumento, realizar un coro en el centro, jugar a adivinar canciones, etc. que pueden ser divertidas para los usuarios.
Música y relajación
La música también se puede usar para inducir estados de relajación, ofreciendo unas técnicas estructuradas guiadas para ello; por ejemplo, se puede escoger una pieza instrumental que evoque la tranquilidad de un bosque, una playa, el sonido del agua, etc.