Se trata de una disminución de la densidad de los huesos que ocasiona una reducción de su resistencia haciendo a la persona más vulnerable ante posibles fracturas. Las más frecuentes son en muñeca, cadera y vértebras.
Suele manifestarse de manera gradual y empeora con el tiempo. Sabemos que afecta principalmente a personas mayores de 60 años, y que, a partir de los 85 años, casi la mitad de las personas podría estar en riesgo de necesitar cuidados especiales para combatir el alzhéimer.
Para los factores de riesgo como el sedentarismo y la inmovilización, ofrecemos una dieta saludable y equilibrada y la coordinación de fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales para promover el envejecimiento activo. Fundamental para evitar la aparición o minimizar las consecuencias.