Combatimos el edadismo con empatía, respeto y escucha activa
Impulsamos formaciones para avanzar hacia un cuidado más humano, reforzando una cultura centrada en la persona
El edadismo es una forma de discriminación por edad que se refleja en estereotipos y prejuicios que afectan al trato hacia las personas mayores. En Grupo Los Nogales trabajamos por una atención cada vez más empática y respetuosa, basada en la igualdad entre profesionales y personas residentes, y en la mejora continua del cuidado. Con este objetivo, nuestro equipo multidisciplinar participó en una sesión sobre Trato Digno y Cultura del Cuidado, impartida por GO Development, donde compartieron conocimientos y buenas prácticas.
Durante la formación, los profesionales de nuestro centro de Hortaleza reforzaron su compromiso con una atención personalizada, poniendo especial foco en el edadismo y la ética del cuidado. En este artículo conversamos con ellos, quienes, a través de ejercicios prácticos y simulaciones, se pusieron en el lugar de nuestras personas mayores.
<<El lenguaje es fundamental. Las palabras que elegimos y el tono pueden generar confianza o desconfianza. Pero también nuestro lenguaje no verbal transmite tanto como lo que decimos.>>
¿Qué significa para ti tratar con dignidad a una persona mayor en la vida diaria del centro?
Tratar con dignidad es reconocer y respetar su historia, sus decisiones y emociones, y su derecho a seguir siendo protagonista de su vida, incluso en situaciones de vulnerabilidad. Es cuidar sin infantilizar, acompañar sin invadir y estar presente con empatía en cada detalle, evitando el edadismo en todos nuestros actos. Respetar con amabilidad, transmitir alegría y adaptar nuestro ritmo al suyo, aunque sea lo más difícil, es la mejor forma de cuidar.
¿Cómo incorporas la historia, los gustos y la personalidad de cada residente en su atención diaria?
Desde el primer día, me esfuerzo por conocer a fondo a cada persona: hablo con ellos y sus familias, escucho sus recuerdos, costumbres y preferencias. Con esa información, adapto mis cuidados para que se sientan reconocidos, comprendidos y en un entorno lo más familiar posible. La clave está en seguir las pautas del modelo de atención centrada en la persona.
¿Qué papel juega el lenguaje (verbal y no verbal) en el trato digno?
El lenguaje es fundamental. Las palabras que elegimos y el tono pueden generar confianza o desconfianza. Pero también nuestro lenguaje no verbal (la mirada, postura y gestos) transmite tanto como lo que decimos. Ser conscientes de esto nos ayuda a combatir el edadismo y a cuidar desde el respeto y la cercanía.
¿Cómo escuchamos y respondemos desde Los Nogales a las sugerencias de las personas residentes y sus familias?
La escucha activa, con verdadera intención de mejora, es fundamental. Disponemos de espacios formales e informales para recoger sus sugerencias, y lo más importante es que muchas se aplican. Eso genera confianza, porque las personas residentes y familias ven que su opinión importa.
¿En qué aspectos sientes que hemos mejorado como equipo para avanzar hacia un trato cada vez más humano y respetuoso en los últimos años?
Hemos avanzado mucho en la personalización del cuidado. Contamos con más formación para entender cómo se manifiesta el edadismo y con mejores herramientas para adaptarnos a cada residente. También hemos fortalecido el trabajo en equipo, apoyándonos mutuamente para ofrecer un cuidado integral y coordinado, y usamos tecnología que facilita el acceso a información clave.
Dedicados a un cuidado más digno y personalizado
En Los Nogales mantenemos un firme compromiso por ofrecer un cuidado que respete y dignifique a cada persona, acompañándola desde la empatía, el respeto y la cercanía en cada paso.
Con esta determinación, nuestro equipo de profesionales aportó nuevas propuestas para seguir avanzando hacia un cuidado más digno y personalizado:
-
-
- Adaptar la comunicación para que sea natural y cercana entre profesionales y personas residentes.
- Personalizar las rutinas con patrones repetitivos que fomenten la autonomía y participación.
- Asumir que las personas pueden tener dudas y siempre explicar con claridad las actividades y cuidados que se realizan.
- Llamar a la puerta antes de entrar para respetar su privacidad y reforzar la sensación de hogar.
- Ajustar el ritmo y apetito de cada persona a la hora de servir y retirar las comidas.
-