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Consejos para proteger a las personas mayores del cambio de estación

Con la llegada del otoño las temperaturas descienden, hay menos horas de luz y se producen cambios en el entorno que pueden impactar en la salud física y estado de ánimo de las personas mayores. El doctor Pedro González, profesional de Los Nogales Pacífico, ofrece una selección de consejos para facilitar el cambio de estación a las personas mayores.

 

1 — Adaptar el cuerpo al cambio de temperatura

Es recomendable vestir con prendas que protejan zonas sensibles como la garganta, las manos y los pies. En lugar de una capa de ropa gruesa, que limita los movimientos, es preferible contar con varias capas de ropa fina.  También es conveniente evitar los cambios bruscos de temperatura y asegurarnos de que la temperatura en las estancias esté en torno a los 22°C.

2 — Hacer hincapié en la higiene e incidir en la vacunación

Entramos en la época más propicia para la aparición de enfermedades respiratorias. Por ello, debemos tomar medidas de prevención como el lavado frecuente de manos, la ventilación de habitaciones, el hábito de taparse boca y nariz al estornudar y la utilización de pañuelos desechables. No se deben compartir vasos, cubiertos, toallas u otros objetos similares. Durante estos meses, todas las personas mayores de 65 años deben recibir la vacuna contra la gripe.

3 — Mantenerse activos

Para combatir el cansancio de la llamada astenia otoñal es adecuado realizar rutinas cortas de ejercicio físico en el exterior, siempre que las condiciones lo permitan. En caso contrario, se pueden realizar ejercicios de movilidad dentro del propio hogar. Son muy efectivos también los juegos de concentración y de memoria. Por último, es positivo buscar un momento al día para recibir unos minutos de sol.

4 — Cuidar la alimentación

La dieta debe contar con un importante aporte calórico e incluir alimentos como huevos, arroz, fideos, verduras, frutas y pescado. Del mismo modo, los alimentos calientes como los caldos y las sopas mantienen la temperatura corporal estable. También los tés ayudan en aquellos momentos en los que la digestión rebaja la temperatura del cuerpo y, haga frío o no, es importante mantener una hidratación adecuada.

5 — Hacer frente a la soledad

Con la llegada del frío muchas personas mayores pueden tender al aislamiento social, favoreciendo la aparición de patologías depresivas o el desarrollo de ciertas enfermedades como el alzhéimer. Para evitarlo es importante cuidar las relaciones sociales y familiares y mantener la mente activa.

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