Entrevista con gerocultores de Los Nogales
«En esta etapa final de la vida, se merecen que estemos con ellos y reciban los cuidados adecuados».
Cada 14 de julio se celebra el Día Internacional del Auxiliar de Enfermería. Para destacar la labor y el compromiso de estos profesionales de la salud hemos querido profundizar en la labor de una de las piezas más importantes del día a día de nuestros centros. Para ello, hablamos con Paloma Magano Méndez y Sonia Sastre Pestaña, gerocultoras de Los Nogales Santa Eugenia, y con Gustavo Martínez Maestro, gerocultor de Los Nogales Hortaleza.
¿En qué consiste el día a día de un/a auxiliar de enfermería en un centro de personas mayores?
Paloma: Nos encargamos de asistir, asear, dar de comer a las personas mayores y prestarles ayuda en cualquier cosa que puedan necesitar. También llevamos a cabo su seguimiento médico diario y la interlocución con el médico del centro.
Sonia: Nuestro trabajo consiste en organizar y cubrir sus necesidades. Servimos de apoyo al personal de enfermería, evaluamos sus niveles de glucemia y administramos su medicación. También nos aseguramos de que se mantengan hidratados y les acompañamos en las llamadas familiares y en los paseos por el jardín.
Gustavo: Yo lo resumiría en cuidar a las personas mayores en sus actividades y necesidades del día a día. Muchas veces esto incluye prestarles apoyo psicológico y transmitirles tranquilidad.
¿Por qué crees que es especial trabajar con personas mayores?
Gustavo: Tenemos una responsabilidad como sociedad con ellas y debemos proporcionarles el mayor bienestar posible. Somos sus manos y sus pies.
Paloma: Pertenecen a una generación que ha experimentado un gran sacrificio personal y se caracteriza por su gran dedicación al trabajo. En esta etapa final de la vida, se merecen que estemos con ellos y reciban los cuidados adecuados.
Sonia: Trabajar con personas mayores es especial porque somos imprescindibles para ellas. Es un trabajo muy gratificante.
El apoyo emocional hacia las personas mayores es una parte muy importante de vuestra labor. ¿Qué es lo que más valoran los residentes?
Paloma: Agradecen que estemos presentes. Son personas muy agradecidas y cariñosas, y expresan ese agradecimiento cada vez que tienen oportunidad.
Sonia: Sienten mucha gratitud por la cercanía y la familiaridad que les aportamos. La parte de acompañamiento les hace su estancia muy agradable. Es un trabajo muy vocacional que, aunque requiere paciencia e inteligencia emocional para gestionar sus estados de ánimo, resulta en una enorme gratitud por tu labor.
Gustavo: Les gusta sentirse escuchadas y recibir un trato personalizado. El vínculo de confianza que se crea les hace sentirse valorados.
Las familias también deben agradeceros vuestros cuidados y vuestra labor.
Sonia: Sí, desde luego. Agradecen el trato y el cariño con el que cuidamos a sus familiares y que les saquemos una sonrisa.
Gustavo: Sin duda lo que más agradecen las familias es el cariño, el buen trato y el respeto que reciben por nuestra parte.
Paloma: Además, la comunicación con las familias es muy importante. Conocer qué es lo que les gusta a sus familiares del centro facilita mucho el trabajo. Son muy participativas y les reconforta ver a su ser querido a gusto y en buenas manos.
Y por vuestra parte, ¿qué es lo que más valoráis de vuestro trabajo?
Sonia: Del trato diario me quedo con los gestos, las miradas y las muestras de cariño que te dedican. Al pasar tanto tiempo juntos, terminas conociendoles muy bien.
Paloma: Lo que más me gusta es prestar atención y cuidados, y por supuesto escuchar las historias personales que nos cuentan. Se aprende mucho, son personas muy sabias.
Gustavo: Para mí es muy gratificante poder ayudarles y vivir el trato humano del día a día. Nuestra profesión requiere de compromiso, pero trae experiencias muy enriquecedoras a nivel personal.