El envejecimiento en las personas con discapacidad
Aunque también se pueden beneficiar de una renta vitalicia de jubilación, las personas adultas con discapacidad intelectual, si además presentan un alto nivel de dependencia, requerirán una atención más especializada e individualizada. Las actividades terapéuticas y ocupacionales que se realizan en los centros de Grupo Los Nogales son pilares fundamentales para la estimulación y el mantenimiento cognitivo de estas personas. Para, en definitiva, favorecer el envejecimiento activo.
En nuestros centros, además de personas mayores con pleno uso de sus facultades mentales, también residen personas con algún tipo de discapacidad intelectual. Si el envejecimiento de la población supone nuevos retos, más lo será en el caso de este colectivo de usuarios. No se trata solo de vivir más años, sino de hacerlo disfrutando de la mejor calidad de vida posible.
Desde Los Nogales insistimos en que lograr un envejecimiento activo también es esencial en los casos de discapacidad intelectual. Los profesionales han de tener para ello conocimientos específicos, además de herramientas y recursos. Sobre todo teniendo en cuenta que, según CERMI, aproximadamente el 1% de la población española tiene algún tipo de discapacidad intelectual o del desarrollo.
Aumento de la esperanza de vida
El panorama social ha cambiado. Si hace 30 años era poco frecuente encontrarse con personas mayores con discapacidad intelectual ya que su esperanza de vida era solo de 60 años, hoy día esta población tiene una vida más longeva. Diversos estudios sostienen que estas personas envejecen de manera similar al resto de la población. Los problema asociados a la tercera edad son los mismos: cambios físicos, cognitivos y psicosociales, cambios emocionales, aislamiento, etc. No obstante, existe mayor prevalencia de determinadas alteraciones de la salud en síndromes específicos. Por ejemplo, el síndrome de Down, el síndrome de Prader-Willi y el síndrome X Frágil. Por ejemplo, las personas con síndrome de Down presentan un envejecimiento prematuro y su esperanza de vida es 15 años menor que la del resto de la población. A edades avanzadas, aparecen problemas como cataratas y desórdenes visuales y auditivos. Además, estas personas tienen de cuatro a cinco veces más probabilidades de padecer Alzheimer. En cuanto al Síndrome de Prader-Willi, en edades avanzadas suele haber mayor incidencia de diabetes y enfermedades cardiovasculares.