La enfermedad renal
Información y prevención desde el Grupo Los Nogales
La enfermedad renal pertenece a las nefropatías, el conjunto de patologías que afectan al riñón, su desarrollo es muy variable en función de cada caso. Las personas mayores deben prestar especial atención a este tipo de afecciones, debido a que el proceso de envejecimiento orgánico conlleva la existencia de un mayor número de factores de riesgo que favorecen su aparición.
Debemos diferenciar entre Insuficiencia Renal Aguda (IRA) e Insuficiencia Renal Crónica (IRC), ambas enfermedades afectan directamente el correcto funcionamiento de los riñones, y se diferencian en que, la Insuficiencia Renal Aguda tiene una probabilidad mucho más alta de ser reversible. A diferencia de la crónica que, por norma general, causa un daño irreversible en la función renal.
La prevalencia actual de enfermedad renal crónica en España se estima en torno al 9,2% de la población adulta, elevándose ese porcentaje al 20,6% en sujetos mayores de 64 años.
En los casos más extremos, el nefrólogo debe realizar una diálisis al paciente, para extraer los productos de desecho y líquidos de la sangre que los riñones ya no pueden eliminar, pues si se mantienen en nuestro organismo causan la muerte. Los riñones cumplen una función esencial en el funcionamiento de nuestro organismo. Son los encargados de eliminar y/o regular los líquidos internos. Excretan agua, y la conservan. Eliminan a través de la orina todos los productos del metabolismo de los alimentos que pueden ser potencialmente dañinos, antes de que alcancen niveles tóxicos y devuelven a la sangre.
Náuseas, vómitos, pérdida de apetito o hinchazón en los pies y tobillos, son algunos de los síntomas poco evidentes que pueden alertarnos de este tipo de afecciones. La diabetes y la hipertensión arterial, son dos de las causas más comunes por las que se desarrolla la enfermedad renal.
Una buena alimentación es clave en la prevención y el control de la enfermedad renal. Lo más recomendable es cocinar los alimentos hervidos, a la plancha o al vapor; evitar los fritos y reducir la ingesta de sal y azúcares.
- Es importante el consumo de calcio, por lo que se recomienda tomar leche, yogurt o queso, una o dos veces al día. Siempre bajo supervisión médica, ya que la leche y sus derivados son ricos en fósforo que, al igual que el potasio, puede concentrarse en la sangre y causar problemas.
- Es recomendable el consumo de fruta, ya que una correcta hidratación es esencial para el control y la prevención de esta enfermedad. Pero, hay que evitar las que tienen un alto contenido de potasio, como el plátano.
- Las verduras son junto a las frutas, los alimentos más ricos en potasio, por lo que también se deben tomar precauciones en su consumo, como, por ejemplo, dejarlas en remojo un mínimo de tres horas o darle uno o dos hervores, cambiando el agua, para que pierdan parte del potasio.
- Arroz, pasta, pan y cereales, constituyen una buena fuente de energía y pueden consumirse una vez al día. Debemos evitar los derivados integrales, ya que presentan un alto contenido de fósforo y potasio.
- El consumo de proteínas en pacientes con insuficiencia renal debe estar especialmente limitado, es importante reducir el consumo de carne y pescado, es importante limitar el consumo de carnes rojas. Las aves de corral son una buena alternativa al cerdo. Los alimentos que contengan grasa de origen animal, como el tocino o los embutidos, deben limitarse porque pueden elevar los niveles de colesterol.
Otros consejos preventivos son:
- Realizar análisis de sangre y orina periódicamente.
- Evitar el sobrepeso.
- Controlar nuestra presión arterial.
- Realizar ejercicio físico de manera rutinaria.