La importancia de la estimulación cognitiva para personas con Alzheimer
El Alzhéimer es un tipo de demencia neurodegenerativa que afecta principalmente a las personas a medida que van sumando años.
El cerebro de las personas con esta condición sufre la acumulación de placas de proteína anormales que dificultan la conexión entre las células cerebrales. Asimismo, la disminución progresiva de los neurotransmisores es una de las dificultades que presentan los pacientes.
A medida que la enfermedad avanza, afecta funciones como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la toma de decisiones y la orientación espacial. Si bien, aún no conocemos una cura para esta condición, si existen actividades terapéuticas que ayudan a ralentizar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La estimulación cognitiva se revela como una herramienta clave para reducir el desarrollo de la enfermedad y el monitorizar el avance de los síntomas.
A continuación, nombramos 5 terapias ocupacionales que pueden contribuir a la calidad de vida de los mayores:
1– Juegos de memoria. Utilizar juegos como rompecabezas, de palabras o tarjetas, puede ayudar a ejercitar y fortalecer esta función.
2– Actividades cognitivas estructuradas. La resolución de problemas, la clasificación de objetos o la identificación de patrones, puede estimular el pensamiento lógico y la capacidad de razonamiento.
3– Terapia musical. Ha mostrado tener un poderoso impacto en el cerebro y puede ayudar a despertar recuerdos y emociones en pacientes con Alzheimer. La terapia musical puede incluir escuchar música, cantar o tocar instrumentos.
4– Terapia asistida con perros. Gracias al vínculo persona-animal, permite trabajar a nivel cognitivo, emocional y físico con el objetivo de prevenir el sedentarismo. También se trabajan diferentes aspectos como la coordinación, la regulación de fuerza, la motricidad fina o gruesa.
5– Terapias recreativas. Este tipo de actividades refuerzan la orientación espacial y temporal y la coordinación perceptivo-motora y estimulan funciones cognitivas como atención, concentración y la percepción. Del mismo modo, favorece habilidades sociales como respetar el turno y tolerancia a la frustración.