Podología frecuente para el mayor independiente
La Podología es la disciplina sanitaria que se ocupa de la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de patologías así como otras alteraciones que afectan al pie.
El Podólogo es uno de los perfiles profesionales por los que se compone el equipo multidisciplinar de nuestras residencias.
Para ofrecer el mejor de los cuidados y las atenciones a la persona mayor es necesario que todas las necesidades estén cubiertas. Así como que los profesionales sean especialistas del ámbito geriátrico, y por supuesto que desarrollen su labor de manera vocacional.
Caminar es una de las capacidades que hacen más independiente al ser humano
¿Sabían que ponemos la mitad de nuestro peso en cada paso que damos?
A lo largo de nuestra vida nuestros pies habrán soportado toneladas de peso. Por ello, el cuidado de los pies es algo imprescindible, especialmente en la persona mayor.
Es indispensable tratar y minimizar las patologías que provoca el paso del tiempo en los pies de las personas mayores, puesto que es un factor que tiende a reducir notablemente su calidad de vida y limitar la capacidad física.
Algunas de las alteraciones más frecuentes que se dan en la persona mayor son:
- Pérdida del tejido adiposo en la planta del pie, lo que sería nuestro amortiguador natural.
- Metatarsalgias, lo que asociamos comúnmente al desarrollo del juanete.
- Espolones calcáneos, deformación del talón.
- Esguinces de repetición.
- Pie cavo o plano.
Si la persona mayor no atiende la salud de sus pies con regularidad, es probable que pequeñas lesiones como una callosidad se pueden convertir en otras mucho más graves como una úlcera.
Dentro de la Podología Geriátrica, hay que prestar especial atención a:
- Quiropodia: Tratamiento de callosidades, durezas, uñas encarnadas , papilomas, hongos, etc. Si esta técnica se practica con regularidad, la calidad de vida del mayor aumentará notablemente.
- El paciente diabético. Lo que conocemos por pie diabético. Por el déficit de aporte sanguíneo que dificulta la cura de cualquier herida, y el déficit de sensibilidad que aumenta el riesgo de poder generarse una úlcera.
- El paciente con Osteoporosis. Debido a que los huesos se fracturan con mayor frecuencia es posible que se produzca disometría (diferencia de longitud de piernas) que puede derivar en cojera crónica.