Rutinas para tener un cerebro sano
En entradas anteriores del blog, además de hablar de la renta vitalicia de pensión, insistíamos en la idea de que, fruto del envejecimiento, va aumentando la posibilidad de llegar a sufrir algún tipo de deterioro cognitivo. Sin embargo, hay muchas rutinas y consejos que se pueden implementar para, en la medida de lo posible, lograr que nuestros mayores disfruten de un cerebro sano. Porque, como muchos estudios han probado, el deterioro cognitivo puede prevenirse o al menos retrasarse. Vamos a ver esas pautas que comentamos en las siguientes líneas.
Las primeras son obvias y hacen referencia a mantener unos hábitos de vida saludables. Hábitos basados, entre otras cosas, en una alimentación equilibrada en la que se incluyan los nutrientes básicos, las vitaminas, sales minerales y antioxidantes. Por descontado, se ha de evitar el consumo de alcohol y tabaco ya que ambos afectan muy negativamente a la actividad cognitiva. En cuanto al riesgo cardiovascular, se trata de minimizar las posibilidades de padecer diabetes, hipertensión arterial e hipercolesterolemia. Todo lo anterior favorece los accidentes cerebro y cardiovasculares y, en consecuencia, altera las capacidades cognitivas. Es de importancia capital, en la tercer edad, controlar esas enfermedades siguiendo de forma escrupulosa el tratamiento indicado por el médico y acudiendo a revisiones periódicas. En los centros de Los Nogales sabemos también que el ejercicio físico moderado es clave en esta etapa de la vida. Se trata de mantenerse activo físicamente, de incorporar el ejercicio a la rutina diaria. Por supuesto, con la meta de mantener un buen estado de forma física, un peso adecuado y reforzar la autonomía personal. También para favorecer la salud cardiovascular y prevenir accidentes cerebrales, responsables en parte del deterioro cognitivo.
La actividad social, clave para mantener un cerebro sano
Que nuestros mayores se mantengan socialmente activos disipa hasta cierto punto las posibilidades de sufrir aislamiento, soledad y depresión. Esto sumado a todo lo que veíamos antes, como el ejercicio físico, favorece la creación de nuevas conexiones neuronales. Aficiones como la jardinería, la lectura, la pintura, la música o el bricolaje también pueden ser tremendamente beneficiosas en la tercer edad.