Unidades de Convivencia: el antes y el después a través de los ojos de uno de nuestros residentes
Don Santiago de Andrés Tanda, residente de Los Nogales Pacífico, nos cuenta cómo ha vivido la renovación de la residencia con la implementación del nuevo sistema de Unidades de Convivencia.
“Ya tengo la sensación de que es mi casa”
¿Cómo describiría su día a día en la residencia antes de que se creara el formato de unidades de convivencia?
El momento de ingresar en una residencia es complicado, al tener que romper con la vida pasada y dejar atrás nuestras pertenencias y recuerdos para comenzar una nueva vida y adaptarnos a una residencia que se percibía como un entorno estructurado y formal.
Después de la creación de las unidades de convivencia, ¿ha notado alguna diferencia en la forma en que se siente en la residencia, como en su autonomía, comodidad o en las actividades diarias?
Ahora con la creación de las Unidades de Convivencia los espacios son más íntimos, luminosos y reducidos, lo que da la sensación de que pertenecemos al espacio y nos hace sentirnos como en casa. Tenemos mucho más contacto con el personal y con los compañeros, además de tener más accesibilidad lo que lo hace todo más cómodo. En cuanto a las actividades, como se realizan en la propia Unidad de Convivencia noto una mayor accesibilidad que me permite llegar mejor a ellas. Personalmente, ya tengo la sensación de que es mi casa e incluso tenemos muebles y recuerdos en nuestra habitación.
¿Cómo ha afectado el nuevo formato a su relación con otros residentes? ¿Siente que ahora es más fácil relacionarse o convivir con ellos?
Ahora los espacios son más familiares y tenemos la posibilidad de permanecer en nuestro salón con nuestros compañeros. Esto, al fin y al cabo, hace que los encuentros sean más fáciles porque no es lo mismo estar con 70 compañeros que con 15. En resumen, el nuevo modelo permite que podamos estrechar vínculos, llegando a ser familia, ya que facilita mucho más la socialización y poder también ayudarnos los unos a los otros.
¿Cree que la relación con sus familiares ha mejorado desde que se implementaron las unidades de convivencia? ¿Cómo ha cambiado la forma en que sus seres queridos interactúan con usted en la residencia?
Los espacios comunes de la Unidad de Convivencia se convierten en nuestro salón, el salón de nuestra casa donde compartimos los momentos con nuestras familias. Desde que iniciamos esta nueva etapa mi sensación es que nuestros familiares pertenecen más a la residencia y son más partícipes de las diferentes actividades.
¿Cómo ha cambiado su trato con el personal de la residencia después de la renovación al formato de unidades de convivencia? ¿Siente que ahora recibe una atención más cercana y personalizada?
El trato con el equipo del centro es mucho más fácil, tratamos siempre con las mismas personas que nos llegan a conocer tanto como nuestra propia familia. Los profesionales que trabajan con nosotros saben nuestros gustos, conocen los apoyos que necesitamos y al final se convierten en nuestras personas de referencia. Como son siempre las mismas, es más fácil conocer a todos y acceder a ellas. Al final, compartimos muchos momentos, participan con nosotros en las actividades e incluso nos acompañan cuando necesitamos dar un paseo o queremos que nos escuchen. Mi sensación es que están más presentes en todos los aspectos de nuestra vida diaria.