Ante la nieve y frío, expectación y precaución
Febrero llega cargado de nieve en muchas poblaciones. Un verdadero espectáculo meteorológico para observar desde casa acompañados de un buen chocolate caliente. Pero… ¿Qué ocurre si tenemos que salir? Debemos ser cautos, la nieve puede ser tan bonita como peligrosa.
Uno de los colectivos más vulnerables a las bajas temperaturas es el de las personas mayores. Esta particularidad tiene una base científica, el organismo de las personas mayores posee un sistema de termorregulación corporal más débil, debido al envejecimiento del organismo, esto provoca que su capacidad para percibir la temperatura ambiente sea mucho peor. La temperatura ideal a la que deben permanecer las personas mayores en época de frío está comprendida entre los 20 y los 24 grados centígrados.
El frio intenso agrava las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, por lo tanto, hay que evitar las corrientes, especialmente en el sector del mayor.
Aunque siguiendo unas sencillas medidas preventivas:
Aunque parezca una obviedad contar con la ropa adecuada, buen abrigo, bufanda, guantes y gorro, es el primer paso a tener en cuenta para combatir el frio. Conviene vestirse con varias capas de ropa fina en lugar de una sola capa gruesa, con el fin de que el aire es el mejor aislante que existe.
Un buen calzado. Si tenemos que salir, hay que cerciorarse de llevar un calzado antideslizante. Esencial para evitar las caídas que tanto perturban la vida del mayor.
Atención a los aparatos eléctricos. Hay que estar especialmente alerta a la hora de utilizar estufas, radiadores y otros aparatos que proporcionan calor.
Comidas de cuchara. La nieve es la excusa perfecta para degustar potajes, cocidos y demás platos de cuchara que regulen nuestra temperatura corporal y nos proporcionen los nutrientes necesarios.
La nieve es traicionera y no deja ver el sol. No hay que olvidar que a pesar de que la temperatura sea muy baja, nos exponemos igualmente a la radiación solar que puede producir diferentes afecciones en la piel. Por ello, hay que utilizar crema facial solar en las épocas de frío para mantener la protección y correcta hidratación de la piel.
Evitar el sedentarismo: Caminar y moverse genera calor. Aún con bajas temperaturas debemos continuar con nuestras rutinas de ejercicios y generar un buen riego sanguíneo en las extremidades. Tras estas sesiones es recomendable masajear pies y piernas al volver del paseo, empezando desde los pies y siguiendo por las piernas y muslos.
No tapar las salidas de ventilación. Fundamentales para la evacuación de gases nocivos provocados por estufas y cocinas.
Si tenemos que desplazarnos en vehículo. Evitar los desplazamientos durante estas fechas es fundamental. Pero si nos vemos obligados, es importante ser especialmente previsores, prestando atención a las placas de hielo, asegurándonos de llevar cadenas y contar con el material necesario en caso de avería (guantes, linterna, señalización…). Además de adaptar la conducción y la velocidad a las condiciones meteorológicas, aumentar la distancia de seguridad.