Entrevista con Cristina González, trabajadora social de Los Nogales Pacífico
«Llevamos toda la intervención social, tanto a nivel individual con la persona mayor como a nivel familiar»
Cuando Cristina comenzó a trabajar en Los Nogales, la realidad del trabajo social era muy diferente a la de hoy. Hace 19 años, se tenía una concepción más limitada de la labor de estos profesionales y, aunque ya se valoraba y respetaba enormemente su trabajo, ha sido necesaria una evolución que Cristina nos explica con motivo del día mundial del Trabajo Social.
¿Cuál es el principal cambio que has observado en tus dos décadas de trayectoria profesional?
Ahora desarrollamos todas nuestras capacidades. Trabajamos desde dentro del departamento de atención al cliente y antes teníamos funciones vinculadas casi exclusivamente con este departamento. Las habilidades y conocimientos de un trabajador social también son útiles en ese sentido, pero gracias a que la carga específica ha aumentado, ahora tenemos funciones propias.
¿Cuáles son estas funciones?
Llevamos toda la intervención social, tanto a nivel individual con la persona mayor como a nivel familiar. Somos los encargados de enseñar el centro a quien esté planteando esta opción para sí mismo o para su familiar, por lo que somos el primer profesional que conocen y quienes les proporcionan toda la información previa.
Una vez han decidido confiar en Los Nogales, recopilamos todos los datos relevantes sobre el estado (físico, psicológico, social, etc.) de la persona mayor. Nuestra labor comienza antes de que llegue al centro para poder transmitir toda esta información a los distintos profesionales que conforman nuestro equipo multidisciplinar. De esa forma, estos profesionales pueden reunirse y decidir la mejor forma de intervenir con la persona mayor una vez llegue al centro.
Sois imprescindibles.
Tanto como cualquier miembro del equipo. Sin la función que tenemos los trabajadores sociales no podría abordarse de forma completa la llegada de las personas mayores. Somos su vía de entrada al centro y facilitamos que su incorporación sea lo más fluida posible, por lo que se nos da un papel importante dentro del equipo.
¿Sientes que es un trabajo conocido y valorado?
Creo que dentro de Los Nogales sí se nos reconoce. En ningún momento hay intrusismo y se valora nuestro trabajo.
Lo que sí es cierto es que fuera, entre quienes no están vinculados con el trabajo social, el desconocimiento es mayor. La nuestra no es una profesión como puede ser la fisioterapia o la medicina, donde todo el mundo conoce de forma aproximada en qué consisten. Cada vez se va entendiendo más y se conoce mejor, pero es cierto que todavía queda mucho por andar. Se nos sigue vinculando a la asistencia social.
¿Qué enseñanza darías a quien se inicia en el trabajo social o tiene interés en hacerlo?
Ésta es una profesión vocacional y con bastantes posibilidades a nivel laboral. Cuando se comienzan los estudios, puede parecer que nuestro destino es únicamente el ámbito público, pero lo cierto es que cada vez hay más demanda en el sector privado porque se ve la necesidad de que nuestra figura esté en distintos ámbitos.
Se ha quitado el estigma de que al trabajador social sólo acuden personas en situación grave de vulnerabilidad, sobre todo económica. Parecía que estábamos destinados a trabajar únicamente en este sector, pero cada vez se entiende mejor que podemos ayudar a dar recursos a personas de todo tipo.