¿Existe un vínculo entre la soledad y la demencia?
Llegada cierta edad cercana a la senectud, además de preocuparse por la renta vitalicia de jubilación, es necesario prestar la debida atención a otros factores que pueden influir en la calidad de vida de las personas. Una de ellas es la soledad que, irremediablemente o no, invade a muchas personas. ¿Tiene algún tipo de relación con el deterioro cognitivo? ¿Son más propensas a padecer demencia senil las personas mayores que viven solas?
Lo cierto es que la soledad que afecta a muchos ancianos en nuestro país constituye un factor de riesgo para la depresión, el deterioro cognitivo, la morbilidad y la mortalidad. Así lo afirman diversos estudios del campo de la geriatría y la gerontología. De hecho, la Sociedad Española de Geriatría y la Gerontología (SEGG) recuerda que algunos estudios sobre la soledad y fenómenos similares tales como el aislamiento social han probado que se trata de factores asociados al desarrollo de problemas cognitivos. Algo muy a valorar teniendo en cuenta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima a día de hoy que casi 2 millones de personas mayores viven solas en España. De este total, una abrumadora mayoría son mujeres (más del 70%). Son personas que apenas reciben visitas ni de familiares ni amigos y que sufren problemas de salud asociados a la soledad. Las afecciones de tipo cardiovascular, la hipertensión y la demencia son las más frecuentes. En Los Nogales le recordamos que las personas que viven solas suelen tener además problemas asociados a la movilidad. En estos datos influye de forma innegable el aumento de la esperanza de vida.
Ante esta situación, es preciso buscar fórmulas para gestionar de forma más efectiva la soledad y prevenir las consecuencias negativas que comentamos. Entre otras cosas, promoviendo el envejecimiento activo, eje vertebrador de centros como en nuestro. Dando con fórmulas irrebatibles que sirvan para reforzar las capacidades funcionales físicas y cognitivas y para que nuestros mayores disfruten de una vida activa en sociedad, sintiéndose parte de ella y evitando situaciones de aislamiento que, como hemos visto en este post, tienen serias repercusiones a nivel físico y psicológico.