Párkinson
La Enfermedad de Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa, ya que pertenece a un grupo de trastornos que tienen su origen en la degeneración y muerte progresiva de las neuronas. En el caso del Párkinson las neuronas más afectadas, son las dopaminérgicas (se encuentran en la zona del cerebro llamada sustancia negra), cuyo neurotransmisor primario es la dopamina y que son las encargadas de la coordinación del movimiento, el equilibrio, el mantenimiento del tono muscular y la postura. El curso de la enfermedad es crónico y lentamente progresivo.
Hoy en día se considera la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente, después de la enfermedad de Alzheimer. En España, según la Sociedad Española de Neurología, se calcula que existen unos 150.000 afectados con Enfermedad de Párkinson, muchos están aún sin diagnosticar.
En la actualidad, se desconocen las causas que provocan la enfermedad, se considera que es el producto de múltiples factores que actúan a la vez, como el envejecimiento, la vulnerabilidad genética y las exposiciones ambientales. Es más frecuente en las personas mayores, afectando especialmente a las personas que se encuentran en el rango de edad de 40 a 70 años.
SINTOMAS
El inicio de los síntomas suele ser asimétrico (en un lado del cuerpo) y engañoso. Algunos de los síntomas más importantes son:
- El temblor en reposo, pero en ocasiones puede no existir.
- Los movimientos voluntarios se hacen lentos, existe una clara rigidez muscular y se producen alteraciones de la marcha, con tendencia a arrastrar los pies y a bracear menos.
- Se producen episodios de pérdida del equilibrio, con riesgo de caídas.
- Es frecuente la pérdida de expresión facial.
- En ocasiones se manifiestan cuadros depresivos asociados.
- También son habituales episodios de estreñimiento, exceso de sudoración y de producción de saliva.
La enfermedad se manifiesta de forma diferente en cada persona. Por esta razón existen tantos Párkinson como personas lo padecen. La enfermedad de Párkinson varía tanto en la sintomatología como en la evolución de la enfermedad o la respuesta a los tratamientos y a las terapias rehabilitadoras, lo que hace necesaria una atención personalizada.
DIAGNOSTICO
Al ser una enfermedad que se manifiesta de formas diferentes en cada persona, la enfermedad de Parkinson es difícil de diagnosticar en sus etapas iniciales, ya que se confunde con los síntomas propios de otras patologías. También puede ser producida por fármacos, e incluso puede ser confundida con el envejecimiento normal. Según los últimos estudios recogidos por la Sociedad Española de Neurología, el diagnóstico en España tarda entre uno y cinco años. Un 20% de los diagnósticos llegan después de los cinco años y en un 25% los diagnósticos son erróneos: los pacientes están en realidad afectados por otro tipo de enfermedad neuropatológica.
El diagnóstico de la Enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico basándose en la historia clínica y la exploración general y neurológica del paciente, en el caso del paciente mayor se debe de realizar una valoración geriátrica integral. En algunos pacientes se solicitan estudios de laboratorio, pruebas de imagen como un escáner cerebral, la tomografía por emisión de positrones (SPECT) o una resonancia magnética y estudios neurofisiológicos.
TRATAMIENTOS
Todavía no existe un tratamiento definitivo que cure el Parkinson. El objetivo del tratamiento es reducir al máximo los síntomas de la enfermedad y aumentar el tiempo en el que el paciente desempeñe una actividad normal, mejorando su calidad de vida.
- Tratamientos farmaclógicos
Hasta el momento sólo se dispone de tratamientos sintomáticos, la mayoría de los cuáles tienen como objetivo ayudar a mejorar la acción de la dopamina o potenciar su formación en el cerebro. El tratamiento de éste conjunto de fármacos puede ser oral, dérmico, subcutáneo y/o introduodenal. La Levodopa ha sido hasta ahora el fármaco de primera elección.
- Tratamientos quirúrgicos
La cirugía pretende actuar sobre la parte dañada del cerebro. Sólo está indicada en un 5% de los pacientes y es efectiva si están bien seleccionados. Los criterios de inclusión para intervención quirúrgica contemplan incapacidad funcional muy grave, ausencia de demencia, edad inferior a 70 años y diagnóstico confirmado. Entre las técnicas quirúrgicas que se utilizan para aliviar los síntomas de Parkinson se encuentra la palidotomía (es la destrucción quirúrgica de células específicas de la parte del cerebro llamada Globo Pálido) y la estimulación eléctrica (es un dispositivo implantado que estimula eléctricamente el cerebro bloqueando las señales que causan los síntomas motores incapacitantes).Las dos técnicas son efectivas y su elección se hace en función de la dependencia clínica del paciente. Los beneficiarios son los pacientes con discinesias causadas por la medicación o con enfermedad avanzada que no responden bien al tratamiento farmacológico.
- Rehabilitación física
Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad física diaria. También hay ejercicios determinados que pueden ayudar a mantener la movilidad de los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
Los tratamientos más comunes en la rehabilitación física de la enfermedad del Parkinson son: la cinesiterapia, la rehabilitación de la marcha y del equilibrio y la hidroterapia. Estas sirven de gran ayuda a la hora de combatir la enfermedad de Parkinson.
- Logopedia
Es frecuente que los pacientes con enfermedad de Parkinson presenten voz baja (hipofonía), o alteraciones para articular las palabras (disartria) teniendo problemas que dificultan el habla.
Existen terapias como el entrenamiento vocal de Lee Silverman, una terapia del habla, o la musicoterapia que pueden ayudar al tratamiento de estos síntomas, especialmente los relacionados con el volumen de la voz.