¿Por qué algunos ancianos pierden el apetito?
Se llama hiporexia y se trata de la falta de apetito que a veces sufren las personas mayores por causas de diversa naturaleza. Esta disminución de las ganas de comer hace que puedan llegar a consumir menos calorías de las que en realidad necesitan. Por eso creemos interesante a la par de necesario dedicar las siguientes líneas a hablar del tema como en otras ocasiones hemos hecho con la renta vitalicia de pensión y sus ventajas para las personas cuando alcanzan determinada edad.
En algunas ocasiones todo se debe a que no se perciben los sabores y olores del mismo modo que antes o a los efectos secundarios de algún fármaco o tratamiento. Esto puede provocar que disminuyan las ganas de comer. Por eso, en los centros especializados como Los Nogales, ante este tipo de situaciones, hemos de adoptar una serie de medidas enfocadas a evitar un cuadro de malnutrición y las afecciones que esto lleva aparejado.
¿Qué causa la hiporexia?
La falta de apetito puede ser sintomática de alguna enfermedad emergente o de una que la persona en cuestión ya padezca. También puede ser síntoma de un problema psicológico como la depresión o la demencia. Por eso, ante un posible cuadro de hiporexia, es importante valorar el estado anímico del adulto mayor. Además, con el paso del tiempo el estómago se va reduciendo y la sensación de saciedad es mayor.
La hiporexia puede estar motivada también por causas de carácter social. Nos referimos a cuando los ancianos se distancian o aíslan de forma involuntaria o voluntaria y no pueden recibir las atenciones y cuidados que necesitan. Esto puede conducir a una pérdida de apetito que como decimos puede tener consecuencias de distinta gravedad.
¿Cómo actuar?
Es clave controlar la ingesta de calorías. Es mejor repartirlas en 5 o 6 tomas con poco volumen o cantidad de comida incluyendo en la dieta alimentos muy nutritivos. Es la forma de evitar que las personas mayores se sacien rápidamente llegando a la siguiente comida con menos hambre. Es importante además que los alimentos sean fáciles de masticar para además favorecer la digestión y que se sirvan a una temperatura tibia.