Los programas de rehabilitación en las residencias de personas mayores
Muchos de los usuarios de nuestras residencias, además de disfrutar de las ventajas de una renta vitalicia de jubilación, reciben atención específica en distintos procesos rehabilitadores. En este nuevo post del blog vemos cómo son los programas de rehabilitación en las residencias de personas mayores.
Está claro que uno de los principales problemas referidos a la atención de los ancianos es la discapacidad que muchos padecen. Es innegable la disminución de la capacidad funcional en las áreas física, cognitiva o social y hay que hacer todo lo posible para que represente el mínimo impacto en la vida de las personas.
De hecho, la prevención de la discapacidad en las personas mayores es una línea de investigación y desarrollo (I+D) preferente en los presupuestos de investigación de la UE.
La rehabilitación médica busca implementar estrategias que frenen o mejoren las discapacidades en los ancianos. De hecho cada vez es más frecuente que en centros como los nuestros haya equipos profesionales interdisciplinares con especialistas en rehabilitación. Esto representa un pilar básico de la calidad asistencial que ofrecemos en Los Nogales. Es esencial desarrollar programas terapéuticos de rehabilitación en estos centros.
Objetivos de la rehabilitación
- Primarios: combatir la incapacidad.
- Secundarios: desarrollar o mantener la máxima movilidad posible, retrasar el deterioro, evitar complicaciones e incapacidades y preservar la dignidad de las personas.
En el equipo multidisciplinar del que hablábamos antes encontramos: médico rehabilitador, fisioterapeuta terapeuta ocupacional, psicólogo, logopeda, trabajador social. También profesionales de la enfermería y cuidadores.
Hay tres grandes tipos de procesos patológicos que inciden en los ancianos:
1- Síndromes invalidantes.
2- Síndromes no invalidantes.
3- Síndromes involutivos y degenerativos.
En el paciente geriátrico es clave conseguir la cooperación por su parte y crear una atmósfera de esperanza razonable. Hay que diseñar la duración de las sesiones terapéuticas en períodos de tiempo cortos y utilizar instrumentos de valoración funcional para conocer el alcance de las limitaciones.
Además, hay que evaluar los resultados obtenidos de forma periódica, para introducir las mejoras o correcciones necesarias. Por último, hay que trabajar en la detección precoz de la pérdida funcional, física, mental y social.