“Mi vida en trozos”, el primer libro de un residente de Los Nogales
En el interior del centro de Pacífico, entre las historias de aquellos que han acumulado décadas de experiencias, resalta un hombre que ha demostrado que la creatividad y la pasión por la vida no tienen límites de edad. Con 89 primaveras y 8 años en Los Nogales, Ángel Barcelona ha alcanzado un hito sin precedentes en las residencias del Grupo: la publicación de su primer libro, titulado «Mi vida en Trozos». “Estoy muy agradecido a Los Nogales porque desde el principio de este camino me han ayudado en todo lo posible para que pudiese lograrlo”, indica el protagonista.
En esta obra autobiográfica, Ángel recorre los difíciles inicios de su vida cuando era un infante en la posguerra, su desarrollo personal en el seminario, su memorable experiencia en Brasil ayudando a quienes lo necesitaban y su regreso a España, con el inicio de una nueva etapa con historias de amor, alegría y necesidad.
No obstante, este logro excepcional no hubiera sido posible sin la colaboración de Sara Merino, voluntaria de la Fundación Gregal, organización que a tiene el objetivo de fomentar los vínculos entre jóvenes y mayores a través del programa Duplo. En palabras del autor, “sin Sara nada hubiera sido posible. Desde el primer día fue un ejemplo de motivación, tanto que, gracias a su ayuda, nos ilusionamos lo suficiente para hacer posible mi sueño”.
Fue en una de las sesiones de voluntariado con esta colaboradora, mientras debatían sobre temas atemporales y de actualidad, cuando germinó la idea de plasmar la vida Ángel en un libro. Así, el origen de esta obra es un ejemplo perfecto de serendipia que, según Sara Merino, “yo solo quería hacerle feliz y ayudarlo con su meta de hacer llegar su aprendizaje y sus vivencias a otras personas. No me imaginaba hasta donde llegaríamos”.
Como consecuencia, este relato íntimo del desarrollo vital de Ángel ofrece momentos de dificultad, otros de felicidad y profundas reflexiones sobre determinados valores y comportamientos sociales. Durante su período de misionero en Brasil, Ángel llegó a la conclusión de que “la erradicación de la pobreza es un acto de justicia”.
Una vez más queda de manifiesto que no se debe subestimar la riqueza de la experiencia de las personas mayores. Ángel Barcelona se ha convertido en un defensor apasionado que proclama que «la vejez es más un estado anímico que físico». Por su parte, Sara Merino señala que “haber sido voluntaria ha sido aprendizaje muy enriquecedor sobre las personas mayores y de la vida en general. La ilusión de Ángel me hace sentir muy afortunada. Para mí, este libro es un canto a la esperanza”.
Estas palabras invitan a reconsiderar la manera en que percibimos a las personas mayores y nos recuerdan que el envejecimiento puede ser una etapa de crecimiento, sabiduría y realización. Un ejemplo es el caso de nuestro autor Ángel Barcelona quien se ha convertido en un símbolo inspirador en la residencia de Los Nogales Pacífico gracias a su entusiasmo, su actitud positiva ante los retos de la vida, su motivación y su dedicación. De modo confidencial, antes de despedirse, Ángel nos revela “el editor aun no lo sabe, pero yo ya estoy pensando en escribir otro libro”.