Cinco claves para mejorar la alimentación de las personas mayores
Nacho Fagoaga, responsable de Dietética y Nutrición del Grupo Los Nogales.
A lo largo de la vida cambian nuestras necesidades de alimentación. Se trata de un factor fundamental para el bienestar y la salud de las personas mayores. La edad, género, rutinas diarias, estado de dentición o el nivel de actividad física que realizamos, determinan nuestro estado de salud y, con ello, el tipo de alimentación recomendada para cada una de las etapas.
A medida que cumplimos años, nuestro organismo sufre múltiples cambios fisiológicos. Las personas mayores pueden tener dificultades para masticar y tragar, un sentido del olfato y del gusto disminuido y problemas digestivos o de absorción de nutrientes. A esto se suma la habitual pérdida de masa muscular y el frecuente desarrollo de insuficiencias basales o enfermedades como la diabetes.
Todas estas condiciones hacen necesaria una especial atención para la correcta adaptación de la alimentación. La preparación de texturas adecuadas y la elaboración de menús equilibrados y variados son esenciales. De manera general, una buena alimentación debe estar compuesta por un 60% de hidratos de carbono, un 25% de grasas y un 15% de proteínas.
1 — Considerar las necesidades específicas de cada persona mayor
Aunque la edad conlleva cambios fisiológicos comunes, cada persona tiene unas necesidades nutricionales específicas. Para garantizar el equilibrio es necesario contemplar tanto criterios generales por edad como la situación médica y fisiológica individual. Así, resulta clave la observación permanente para ajustar la dieta a los cambios y nuevas necesidades. Para ello, en nuestros centros realizamos un seguimiento continuado en coordinación con los distintos equipos sociosanitarios.
2 — Atender las recomendaciones médicas
No sólo se trata de que la dieta sea equilibrada y adaptada, también es fundamental incorporar pautas derivadas de patologías específicas. Reducir la sal o el azúcar son los más comunes, aunque hay múltiples vitaminas y minerales presentes en los alimentos que también deben controlarse.
En nuestros centros es fundamental la coordinación entre médicos y nutricionistas. Por ejemplo, para una persona mayor con diabetes y con insuficiencia renal, los médicos recomiendan controlar el potasio. Desde nutrición, sabemos que las verduras contienen potasio pero que son imprescindibles para la dieta, así que damos la instrucción a cocina para que cueza dos veces la verdura y eliminar así este mineral.
3 — Priorizar los hidratos de carbono complejos
Los carbohidratos complejos están presentes en alimentos como las hortalizas, el arroz, las judías o las patatas guisadas. Contienen más nutrientes y más fibra que los hidratos de carbono simples, presentes en postres y dulces. Por eso, recomendamos incluirlos de frecuentemente.
Las frutas y verduras son otro tipo de carbohidrato que no debe faltar ningún día. Por el contrario, debemos limitar, incluso eliminar, la bollería, los fritos y los rebozados, que no aportan nutrientes valiosos para nuestro organismo y pueden empeorar patologías como el colesterol o el sobrepeso.
4 — Sustituir las grasas animales por proteínas
En ambos grupos hay que valorar tanto la cantidad como la calidad de los nutrientes. Recomendamos reducir las grasas, pero sabemos que hacerlo en exceso puede provocar una carencia de vitaminas liposolubles. Para evitar este problema, debemos incluir alimentos proteicos con grasas saludables como el pescado, el aceite de oliva o los aceites de semillas. También es aconsejable que en los menús haya legumbres y pescados en abundancia.
5 — Crear un menú atractivo
Una alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades nutricionales debe resultar también apetecible. Comer es una experiencia satisfactoria que se construye con nuestros hábitos y gustos, por lo que debemos respetarlos en la medida de lo posible. En nuestros centros elaboramos recetas tradicionales basadas en la dieta mediterránea, cuidando su sabor, para que cada persona mayor vea cubiertas sus necesidades energéticas mientras disfruta comiendo.