Insuficiencia renal en el anciano
La insuficiencia renal crónica (IRC) es un trastorno frecuente en los ancianos a raíz de la senescencia renal, la menor metabolización de los fármacos y la mayor exposición a los medicamentos, además de las enfermedades sistémicas que ellos padecen como: la diabetes mellitus, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca, entre otras.
El aparato urinario está formado por los riñones, los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra y tiene como fin la formación y eliminación de la orina.
Una de las funciones más importantes de los riñones es la de depurar nuestro organismo, y esta función la realizan a través de la filtración de la sangre que llega a los riñones por la arteria renal y que contiene las sustancias tóxicas para depurar (Urea, creatinina, Ácido úrico, calcio, fósforo, medicamentos, etc.) y que vuelve a la circulación ya depurada a través de la vena renal.
Cuando los riñones no funcionan bien, se produce una alteración en todas las funciones que le son propias dando lugar a una posible insuficiencia renal aguda (IRA), o si las alteraciones son prolongadas en el tiempo, hablamos ya de una Insuficiencia renal crónica (IRC). La forma de detección se realizaría mediante un sencillo análisis de sangre (Urea, Creatinina y Filtrado Glomerular) y orina (sedimento y Albumina), se puede conocer el grado de alteración de la función renal y saber si se trata de una insuficiencia renal aguda o crónica.
CAUSAS
Entre los principales cambios que se producen con el envejecimiento y que predisponen a tener insuficiencia renal se encuentran:
- La disminución del flujo renal.
- La fragilidad tubular renal que impide la reabsorción correcta de agua y sal. Por ello al riñón de la persona mayor se le llama “pierde sal” y son muy peligrosas en éstas personas las dietas exentas de sal porque pueden producir hiponatremias (Disminución de sodio=sal en la sangre). Los principales síntomas de hiponatremia son: cansancio, mareos, inestabilidad en la marcha e incluso confusión mental.
- La reducción del número de glomérulos y capilares glomerulares.
TIPOS
A grandes rasgos podemos decir que la insuficiencia renal se puede presentar de 2 formas: aguda y crónica.
1. Insuficiencia renal aguda (IRA):
La alteración de las funciones del riñón se produce de forma brusca. Las manifestaciones clínicas más habituales son las relacionadas con las 3 funciones principales, es decir, la función depurativa, la regulación del volumen de líquidos y la regulación de la composición de iones.
Por tanto, lo más habitual es orinar poco o incluso dejar de orinar y por tanto habrá retención de líquidos con aparición de edemas y en los análisis se objetivará un aumento de la Urea y Creatinina, así como una alteración en la composición de iones. En algunas ocasiones estas alteraciones pueden llegar a ser graves y necesitan tratamiento inmediato, incluso diálisis.
Las causas que pueden desencadenar esta insuficiencia renal crónica son múltiples y son más habituales en pacientes ingresados en un Hospital. Desde medicamentos (sobretodo diuréticos), contrastes iodados en personas predispuestas, deshidratación por diarreas, vómitos o exceso de diuréticos, (es muy importante la deshidratación sobre todo en Verano, ya que en la persona mayor disminuye la sensación de sed y es muy frecuente la deshidratación y con ello la insuficiencia renal)Tensión Arterial muy baja por infecciones graves, obstrucción a la salida de la orina (cálculos, próstata etc.).
En personas no ingresadas, destacar que uno de los medicamentos que con mayor frecuencia pueden desencadenar esta situación son los Antiinflamatorios, que habitualmente utilizamos para problemas de dolores articulares durante largas temporadas, teniendo mayor riesgo personas que ya tienen alteraciones de la función renal y ancianos.
Por lo general, es una alteración reversible o que suele curar sin secuelas una vez que se ha resuelto la causa que lo ha producido.
2. Insuficiencia renal crónica (IRC)
Los riñones son órganos afectados por muchas enfermedades y de hecho, se suelen llegar a diagnosticar enfermedades que han podido pasar desapercibidas hasta entonces, a partir de profundizar en la causa de una Insuficiencia renal. A día de hoy, las causas que destacan como más frecuentes desencadenantes de IRC son la HTA y la Diabetes Mellitus, de forma que si no se controlan de manera adecuada, pueden lesionar los riñones. Otras enfermedades son: enfermedades de la inmunidad (nefritis), las infecciones crónicas de los riñones (pielonefritis), los cálculos renales y enfermedades congénitas de los riñones y vías urinarias.
Si por algo se caracteriza la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), es por su falta de síntomas hasta que las alteraciones llegan a estadios muy avanzados, donde las acciones que se pueden llevar a cabo para retrasar lo máximo posible su avance, se ven mucho más limitadas que si se realizara un diagnóstico precoz de la enfermedad. Incluso en fases muy avanzadas, la implantación lenta y progresiva de las alteraciones conlleva una adaptación del organismo a los cambios producidos y por tanto una falta de manifestaciones percibidas por el paciente.
En fases avanzadas lo habitual es encontrar: anemia por falta de Eritropoyetina, edemas o piernas hinchadas por retención de líquidos, Hipertensión Arterial (HTA) por mal regulación del volumen del agua, el sodio y las hormonas implicadas, cifras de Urea y Creatinina elevados por falta de filtración (disminuyendo la Filtración Glomerular); niveles de fósforo y potasio altos, junto a la falta de bicarbonato en la sangre (acidosis) todos ellos por una mala regulación en su eliminación en la orina; también cambios en la composición del hueso, con huesos más frágiles y de peor calidad. Como podemos ver, son todas consecuencias derivadas de la pérdida de las diferentes funciones.
Cuando hablamos de IRC, estamos definiendo una situación mantenida en el tiempo, que es irreversible y por lo general progresiva hacia la Insuficiencia renal avanzada. La velocidad de la pérdida de la función de los riñones, dependerá por un lado de la causa que ha llevado a esta situación, pero por otro de una serie de factores sobre los que si podemos actuar para que la evolución sea lo más lenta posible.
CONCLUSIONES
Una consecuencia directa de padecer una insuficiencia renal, es que siempre se debe de advertir este hecho cuando nos van a recetar un medicamento, bien porque puede que empeore la función renal (antiinflamatorios, diuréticos, algunos antibióticos etc.) o bien porque las dosis habituales tienen que ajustarse al grado de insuficiencia renal (por lo general se necesita menos dosis de medicamento). Muchos medicamentos son eliminados por los riñones y al reducir la dosis no disminuimos su eficacia, sino sus efectos secundarios.
Por estas razones es muy importante cuidar de nuestros riñones mediante unos hábitos saludables. Pinchando en la imagen, estudiaremos los posibles tratamientos y consejos para unos hábitos de vida saludables: